Jorge, José Alexis, Marco Antonio, Lino, Maximiliano Olivera, Kevin, Irma Jazmín son nombres de estudiantes, la mayoría menores de edad que fueron asesinados en Colima en la última década, sus crímenes permanecen impunes y prácticamente en el olvido gubernamental.

El caso más reciente es el de Jorge, un alumno de la Facultad de Mercadotecnia de la Universidad de Colima que fue asesinado cerca de su casa en el municipio de Villa de Álvarez.

Desde 2011, la ola de violencia que afecta a Colima cobró víctimas inocentes a las que la autoridad catalogó como “daños colaterales”, uno de estos casos ocurrió el 9 de mayo en el centro de Colima, cuando un joven de 17 años de edad perdió la vida al recibir una “bala perdida”.

José Alexis de 17 años de edad decidió vender flores en una esquina de la calle Guerrero, en frente del Mercado Obregón.

Mientras que el 10 de febrero de 2022, un estudiante de 16 años de edad fue asesinado a balazos en la calle Filomeno Medina y la avenida San Fernando en la capital de Colima.

Las versiones extraoficiales apuntaron a que el menor fue confundido con otra persona. Según los testigos, el joven manejaba una camioneta y cuando llegó al cruce de Filomeno Medina y San Fernando fue atacado a balazos por dos personas que viajaban en una motocicleta.

El menor era un estudiante de bachillerato.

Unos meses después, el 9 de septiembre, dos estudiantes del bachillerato 34 fueron atacados a balazos cerca de la institución educativa y uno de ellos murió en el lugar de la agresión en la colonia Los Pinos.

La Universidad condenó ese ataque en contra de dos alumnos de dicha institución  y a través de un comunicado, sostuvo que como institución educativa manifestaba su dolor, indignación y preocupación por la violencia, por lo que exigieron a la autoridad esclarecer los hechos y localizar a los responsables.

Además, señaló que se requiere un contexto en el que las personas desarrollen la cotidianidad de forma segura.

Los asesinatos de menores no son recientes en Colima, en el 2017, Kevin, un niño de 4 años de edad, murió el 30 de marzo después de recibir un impacto de bala en el estómago en la comunidad de Cerro de Ortega en el municipio de Tecomán.

Mientras que, el 18 de marzo de 2016, dos menores de 14 y 17 años de edad fueron torturados, asesinados y sus cuerpos arrojados al río que se encuentra cerca de las instalaciones que conducen al ISENCO en el municipio de Cuauhtémoc.

Los menores tenían su domicilio en la colonia Mirador de la Cumbre en la capital colimense, se llamaban Marco Antonio y Lino de 14 y 17 años de edad.

El 16 de diciembre de 2016, un grupo de personas armadas asesinó a cuatro personas, integrantes de una familia, entre ellos un menor de edad, de quien no se revelaron más datos. Las víctimas se encontraban afuera de una vivienda sobre la calle Torres Quintero en la colonia Valle Querido de Tecomán, el municipio más violento de Colima.

En septiembre de 2016, un menor de 15 años de edad, estudiante de secundaria, fue asesinado en la comunidad de El Colomo en Manzanillo; el niño se encontraba realizando una tarea escolar en una vivienda de la calle Lázaro Cárdenas.

Mientras que el 17 de octubre de 2011 fue asesinada una familia completa, entre ellos un bebé de 2 años de edad, de nombre Maximiliano Olivera.

El 16 de diciembre de 2016, una menor de 16 años de edad, estudiante de bachillerato fue asesinada afuera de su casa cuando se encontraba platicando con su novio de 23 años de edad, quien también perdió la vida, cuando un grupo de personas pasaron por el lugar y abrieron fuego contra ellos.

En enero de 2013, Irma Jazmín de 10 años de edad, fue mutilada y asesinada en Tecomán. Su asesinato indignó a la sociedad de ese municipio quien exigió a la autoridad castigo a los responsables del hecho. En febrero de ese año, el gobierno del Estado sentenció que ya había capturado al asesino de la menor.