Es la primera carta que escribe desde su audiencia condenatoria, en la que hablaron sus cinco víctimas sin que él se volteara para mirarlas. El líder de La Luz del Mundo no se refirió a los delitos que lo dejarán años en prisión, sino a lo que sigue para su iglesia: “Esto ya quedó en el pasado”, escribió.
Sin reconocer que fue condenado a casi 17 años de cárcel por abusar sexualmente de tres menores en Los Ángeles, Naasón Joaquín García, el líder de la iglesia La Luz del Mundo, escribió una carta en la cual pide a sus fieles dar “vuelta a la hoja”, enfocarse en el futuro y tener confianza en que Dios “se encargará de acomodar todo”. A quienes dejaron de creer en su inocencia los invitó a salirse del culto.
“Lo que me sucedió no va a detener a la iglesia”, dijo el pastor mexicano, de 53 años, en un mensaje escrito que este domingo fue leído en los templos de La Luz del Mundo. “La iglesia no es un templo que van a apedrear, que van a rayar o que van a tratar de destruir”, afirmó.
Es la primera carta que redacta el autonombrado ‘Apóstol de Jesucristo’ desde que un juez de Los Ángeles, California, lo sentenció a 16 años y 8 meses de cárcel por tres casos de pederastia. Enfrentaba un castigo de hasta cadena perpetua por 19 cargos criminales, pero lo evitó gracias a un acuerdo de culpabilidad que alcanzó con la Fiscalía de California.
En la audiencia condenatoria el miércoles pasado las cinco denunciantes dieron testimonios desgarradores sobre cómo fueron obligadas a convertirse en sus esclavas sexuales y pidieron el castigo “máximo” para un ministro al que describieron como un “monstruo”, un “anticristo” y un “violador”. El juez Ronald S. Coen les ofreció disculpas por tener “las manos atadas” debido al trato que hicieron abogados y fiscales antes de anunciar la sentencia.
Las víctimas de Naasón Joaquín fueron escuchadas por miles de personas que siguieron la audiencia por los medios de comunicación. A los fieles de La Luz del Mundo, sin embargo, les pidieron alejarse de los noticieros y las redes sociales advirtiéndoles que su fe corría peligro. Muchos obedecieron y oyeron únicamente la versión de los obispos de la iglesia, quienes matizaron que la estrategia legal de su líder fue evitar un juicio “injusto”, plagado de irregularidades y que solo quería “exhibirlo”.
“Esto ya quedó en el pasado”
Naasón Joaquín continuó con esa retórica en la carta que mandó a su grey este fin de semana. “Ahora daremos vuelta a la hoja. Esto ya quedó en el pasado. Ahora mi mira es hacia el futuro y el futuro inmediato es nuestra Santa Cena. ¡Gloria al señor!”, dijo refiriéndose al evento más importante de la iglesia que se realiza cada 14 de agosto, por el cumpleaños de su abuelo y fundador del culto, en el templo mayor en la colonia Hermosa Provincia de Guadalajara, México.
“¿Qué sigue ahora? Continuar nuestro peregrinar, hermanos. Seguiremos adelante, sin detenernos. Adelante sin parar. ¿Van a ser días, semanas, meses difíciles? Sí, muy duros. ¿Hay que escondernos? ¡Jamás! ¡Jamás! ¿Hay que irnos lejos, a las montañas? No. Nuestras obras, nuestros hechos, nuestra conducta tienen que seguir brillando en medio de la sociedad”, señaló.
Pero la conducta depravada de Naasón Joaquín lo metió a la cárcel. Recién comenzó su apostolado, a finales de 2014, él le pidió a una fiel en Los Ángeles, Alondra Ocampo, que formara un harem de adolescentes para que bailaran desnudas, se dejaran fotografiar participando en orgías y que cumplieran sus perversiones sexuales, de acuerdo con la acusación sometida por la Fiscalía estatal.
En su iPhone y el de sus cómplices, los investigadores encontraron pornografía infantil, mensajes de texto en los que él pedía que drogaran a las niñas para que fueran más complacientes y no recordaran los abusos, una lista con nombres de sus víctimas potenciales y una charla escrita pidiendo que buscaran a las fieles pequeñas en sus templos porque creía que lo amarían más, según los fiscales.