«Se matan entre malandrines»

“Si no tienes nada que deber, tampoco que temer. Se matan sólo entre malandrines”, me dice un taxista apenas llegar a la capital de Colima, del mismo nombre que el Estado.

Es una idea que, dicha de distintas formas, escucho una y otra vez en mi viaje.

Así se consuela mucha de la gente para poder seguir viviendo. En parte tienen razón, porque al pasear por muchos sitios de esta ciudad se respira una aparente calma.

Los bares y los restaurantes están abiertos y muchos con terrazas a pie de calle. La comida, con variedades de pescados y mariscos frescos, es un deleite al paladar.

Si no hubiera sabido de los índices de asesinatos, no hubiera tomado ninguna medida de seguridad extra.

En la pintoresca plaza central de la capital, una paloma se acerca a un turista canadiense distraído y le pica traviesamente el dedo gordo del pie. El hombre pega un salto de la sorpresa.

«Este ha sido el peor ataque que he sufrido en México y he visitado este país un sinnúmero de veces”, dice bromeando Craig Heath. En compañía de su esposa británica, Joanne Wyvill, alquilaron un auto con el que están viajando por Colima.

Dicen que en México la gente siempre es amigable y quiere ayudarlos. Nunca se han sentido amenazados.

Se sorprenden cuando les informo que Colima es el Estado con más asesinatos. Al revisar en internet en su tablet, se dan cuenta de que el gobierno de Canadá se unió al de Estados Unidos para alertar a sus ciudadanos de no ir a esta región de México por sus altos índices de criminalidad. Muchos de los colimenses con los que hablé dicen que no han visto nunca nada, «ningún tiroteo o un cadáver».

Pero tienen que aceptar que, por las noticias y el boca a boca, se enteran de que casi a diario aparecen muertos, casi siempre en alguna calle o una zanja.

Don Clemente

Learn More →
WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com