
Roberto Sandoval Castañeda, quien fungió como gobernador de Nayarit entre 2011 y 2017, ordenó el asesinato de Juan Francisco Patrón Sánchez, conocido como “El H2”, según revelaciones del exfiscal del estado, Édgar Veytia.
Estas declaraciones arrojan luz sobre la posible relación de Sandoval con diversos cárteles del narcotráfico y su involucramiento en actividades ilícitas durante su mandato.
Información adicional indica que el entonces gobernador autorizó reuniones de Veytia con líderes narcotraficantes, incluyendo Héctor Beltrán Leyva, uno de los principales exponentes del crimen organizado en la región.
Además, en 2011, durante la campaña electoral de Roberto Sandoval, Javier Duarte exgobernador de Veracruz condenado por asociación delictuosa y lavado de dinero habría proporcionado apoyo financiero en efectivo para respaldar su candidatura, según investigaciones federales y testimonios.
Veytia detalló a fiscales estadounidenses que se reunió con Sandoval antes del operativo en el que “El H2” sería abatido.
Durante esa reunión, el exgobernador supuestamente dio luz verde para eliminar al líder criminal debido a la ola de violencia que había desencadenado en diversas localidades de Nayarit.
El exfiscal afirmó contar con una grabación de dicha conversación como prueba.
El 15 de febrero de 2017, días después del fallecimiento de Juan Francisco Patrón Sánchez, la Fiscalía Estatal confirmó que “El H2”, presunto cabecilla del Cártel de los Beltrán Leyva, murió en un enfrentamiento violento.
Los hechos ocurrieron en la colonia Ampliación Lindavista, cerca del poblado de Trigomil en Tepic, Nayarit, donde un helicóptero de la Marina fue objetivo de disparos.
En el documento presentado por Veytia se encuentran notas relacionadas con grabaciones que contienen fragmentos de conversaciones atribuidas a Roberto Sandoval. En estas, Sandoval expresa su frustración por no poder controlar la situación y decide tomar acciones drásticas.
Según las transcripciones, Sandoval instruyó a Veytia a negociar con quienes asumieran el control tras la muerte de “El H2”, asegurándoles que las acciones no iban dirigidas contra ellos. El objetivo era pacificar el territorio y mantener calma entre las filas del crimen organizado mientras se consolidaba nuevamente el control en la región.