
En años recientes, Jalisco se ha transformado en un referente de violencia y tragedia, razón por la cual casi a nadie asombró la declaración del secretario de Gobernación, Adán Augusto, hace poco, al afirmar que al pensar en incidentes de sangre, piensa en Jalisco. Y donde menciono “casi”, solo se puede usar un nombre: Enrique Alfaro, fiel a su personaje desvergonzado, reaccionó con una broma y números que no se mantienen por ninguna parte.
En primer lugar, es muy incoherente que el gobernador asuma esas críticas de manera individual. En el momento en que él percibe un ataque, los jaliscienses perciben una oportunidad para corregir el rumbo. Sin embargo, el gobernador carece de algo fundamental: la humildad para solicitar ayuda del Gobierno Federal y reconocer que la situación se le salió de las manos. Para él siempre será más importante su imagen que la vida y la tranquilidad de los ciudadanos que viven en la entidad que él dice gobernar.
No obstante, en contraposición a sus videos dignos de un “show de conversación”, donde sostiene que Jalisco está en excelentes condiciones, es muy preciso el punto de vista de Adán Augusto: es hipócrita que las autoridades estatales soliciten el respaldo de las Fuerzas Armadas para preservar la seguridad pública, y en cambio, no respalden la aprobación de la reforma constitucional que permite que el Ejército y la Armada participen en actividades de seguridad pública hasta el año 2028. ¿Si no se produce violencia, si las calles del estado no se llenan de ríos sanguíneos, por qué pedir la ayuda de la Guardia Nacional solo cuando la situación se le escapa?
No se le reprocha que solicite ayuda, sino que por vanidad persista en su negación aún cuando cada día se reportan disparos y ataques en Jalisco. Se le imputa que menosprecie la inteligencia de las personas que votaron por él, intentando ocultar sus números. Se le reprocha que ni la crisis más grave en términos de seguridad disminuya los focos de alerta y opte por proteger la seguridad de la población.
Para concluir, utilizo una terminología que el gobernador podrá comprender y cito sus declaraciones del 15 de abril de 2018: “señor gobernador, los jaliscienses le demandamos seguridad y resultados”. Jalisco no puede continuar así, en términos de seguridad y procuración de justicia, su gobierno ha demostrado ser un fracaso contundente. Si no puede, deje su cargo.